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¿Qué tan importante es la salud mental de los padres al criar niños?

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Foto(s): Cortesía
Carlos Victoria

El acelerado ritmo de vida que la sociedad debe adoptar por las exigencias laborales, académicas y personales, favorecen a desarrollar estrés, siendo el pan diario para cientos de miles de personas. Esto repercute directamente en la salud mental general de las personas, que, por falta de recursos, como económicos como el tiempo se dejan de lado. 

Que la salud mental sea un tema que se hable en conversaciones casuales es algo relativamente nuevo, pues no hace mucho, los psicólogos o la salud mental eran vistos por la sociedad como temas tabús, incluso llegando a ser denigrante o usado como insulto el hecho de acudir con algún especialista de la salud. 

En los últimos años, el tema del cuidado de la salud mental ha tomado cada vez más impulso y visibilidad, rompiendo así las barreras y estigmas que se tenían muy presentes en la sociedad mexicana, entendiendo que no hay que estar “loco” para acudir con especialistas de la salud mental, sin embargo, para generaciones pasadas muchos de estos estigmas persisten, negándose a recibir ayuda de un profesional de la salud mental. 

 

Las repercusiones en el entorno familiar 

Paciencia y tolerancia son dos palabras con las que no relacionaría a un padre o madre estresada, impidiendo desarrollar una crianza respetuosa, cariñosa y comprensiva, pues podrían incluso caer en conductas que lejos de sumar a un sano ambiente familiar para el correcto crecimiento, podrían provocar el efecto contrario a través de golpes, gritos, castigos desproporcionados, etcétera, generando en los infantes el aumento de angustia y de mala conducta. 

Los padres también tienen sus problemas 

Hay que entender que los padres lidian con su propio estrés, angustia, preocupaciones, incluso a veces, con traumas no resueltos, y sus conductas pueden provocar un impacto negativo en la salud mental y en el sano desarrollo de los niños. Las relaciones conflictivas matrimoniales, de pareja, o de familia, son parte de lo que juega en contra a la hora de criar niños. 

Las condiciones de salud mental de los padres como la depresión y el trastorno de estrés postraumático se han visto ligados a las emociones y al desarrollo de problemas en los niños. Dado que son efectos colaterales del trauma o enfermedad, éstos se pueden amortiguar con un solo padre o madre, abuelo u otros adultos sanos que compensen en la convivencia dichos efectos. 

July Caballero, de la Dirección Ejecutiva de Salud Mental del Ministerio de Salud, sostuvo que muchas veces las mamás pueden parecer las mujeres maravillas que quieren hacer varias cosas a la vez sin pedir ayuda y sobrecargándose de responsabilidades, lo que termina afectando su salud física y mental.

¿Qué prácticas y conductas ponen en riesgo el sano crecimiento de los niños? 

La Representante de UNICEF en Perú, Ana de Mendoza, advirtió que los efectos del estrés económico, emocional y la adaptación a nuevas dinámicas familiares están impactando en la crianza de niñas y niños debido a que muchos padres, madres y cuidadores enfrentan situaciones difíciles.

En el día a día hay ciertas conductas que se practican de manera cotidiana que podrían tener repercusiones en los más pequeños de la casa, aquí una pequeña lista sobre qué conductas son nocivas para el desarrollo, así como sus principales riesgos. 

  • Prácticas parentales nocivas: falta de límites, participación en actividades inútiles, sobreprotección o desaliento, incumplimiento de reglas, afectando la seguridad en los jóvenes y niños, quienes reflejan algunos efectos: dificultad para gestionar emociones, desarrollo y mantenimiento de amistades, concentración escolar, problemas de autoestima, por mencionar algunos. 

  • Un padre o madre que reaccionan exageradamente genera descontrol y desconfianza en el niño: da miedo interactuar con un padre que de repente no está disponible, ni presente. Estas situaciones repetidas pueden ocasionar un efecto negativo y duradero en el sentido de sí mismo y sentimiento de seguridad del niño. 

  • Además, en entornos de conflicto, guerra, luchas internas, violencia, enfermedades crónicas, los niños podrían aprender que el mundo es un lugar inseguro, rudo, a pesar de la calidez y amor de sus padres.

¿Qué puedo hacer para evitar este tipo de prácticas? 

Idealmente sería el acudir con un especialista de la salud mental, sin embargo, si las rutinas te dificultan esta opción, aquí te dejamos una serie de cosas que puedes hacer para trabajar en el temperamento y ejercer una sana crianza. 

Úrsula Luna-Victoria, Directora de Educación Inicial del Ministerio de Educación, manifestó que los padres, madres y cuidadores deben ser conscientes de sus fortalezas, pero también de sus límites para sentirse bien y poder acompañar mejor a los más pequeños

  • Identificar fuentes de estrés: rutinas, exceso de trabajo, cargas desiguales de labores en el hogar, responsabilidades, diferencias en los criterios de educación de los hijos, ya identificadas, tener claro cuáles suman estrés y qué actividades se pueden modificar. 

  • Reconocer la importancia como individuos, socios y padres es vital para fortalecerse como padres. Priorizar el auto cuidado, brindará beneficios en la calidad de las relaciones, la intimidad, y el bienestar de los hijos. 

  • Reservar tiempo para la pareja: intimidad, es la clave, compartir ideas, sentimientos, inquietudes, logros, sueños, sexo, conexión. 

  • Hacer ejercicio de manera regular es reductor de estrés, mejora la salud mental, el estado de ánimo e incluso ampliar la vida social. 

Los especialistas de la salud mencionan que el practicar meditación o yoga, ejercicios de atención plena de manera comprometida y consciente, son excelentes reductores de estrés, ansiedad y depresión, ya que reducen el cortizol y la adrenalina en el organismo; también proveen a los padres la calma para reaccionar con mayor consideración y tranquilidad ante la crianza infantil. 

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