Citlalli López
Ante las múltiples violaciones a derechos elementales, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) solicitó con carácter de urgente, al Director General de Reinserción Social de Oaxaca, José Javier Mendoza Balderas, se implementen las medidas precautorias o cautelares necesarias, a fin de preservar el derecho a la dignidad humana e integridad física de la población penitenciaria del Centro Penitenciario Femenil de Tanivet.
Ante abusos de poder, trabajo no remunerado, actos de corrupción y autogobierno que encabeza la interna Patricia Magdalena, en complicidad con autoridades y custodias del penal, internas del Centro de Readaptación Social Femenil de Tanivet, denunciaron que la estabilidad al interior es frágil, debido al enorme descontento.
En este lugar cohabitan 155 mujeres privadas de su libertad, de las cuales el 70% aún no recibe sentencia. Actualmente reina un ambiente de tensión derivado de las condiciones deplorables en que se encuentran, inclusive hay niñas y niños viviendo en el Centro de Reclusión que no han sido registrados, con lo cual se violenta su derecho a la identidad.
La recomendación de la CNDH emitida en enero de este año, se deriva de una serie de visitas que realizó el personal de la Comisión durante el año 2021, período en el que se percataron que en el Cereso ubicado en Tlacolula de Matamoros es urgente implementar las medidas precautorias o cautelares necesarias para preservar el derecho a la dignidad humana e integridad física de la población femenina.
El trato disciminatorio se agravó cuando las autoridades dieron el control a un grupo de internas, quienes autorizan el ingreso de comida, ropa o material para artesanías. Al bloquear que estos artículos de primera necesidad, pasen por la “aduana” carcelaria, las personas privadas de su libertad se ven obligadas a comprar en la tienda de Patricia Magdalena, quien decide las actividades productivas.
Este monopolio está afectando directamente la economía de cientos de familias que subsisten de estas ventas.
“Por ejemplo dos madejas del hilo de tercera valen 140 pesos allá afuera, adentro ella (Patricia Magdalena) vende cada madeja en 100 pesos. Las necesitamos para generar un ingreso y ayudar económicamente a nuestra familia”.
A cambio de una “mochada” las custodias impiden el paso de artículos o comida de familiares. Dentro del Cereso no hay tabulador ni reglas, es su criterio el que rige la vida de mujeres recluidas por delitos del fuero común y del fuero federal.
También denunciaron las condiciones deplorables que padece doble vulnerabilidad Abigail Aquino, interna que enfrenta una situación de doble vulnerabilidad, problemas físicos y psicológicos, no puede caminar por un problema de cadera y al no controlar heces, pasa el día en medio de la inmundicia.
“A veces las compañeras la apoyan para limpiarla, lavar su ropa, cuando es una obligación de la institución proporcionar condiciones dignas. Por humanidad, pedimos que la trasladen a un centro de salud mental donde le brinden la atención que requiere. Está encerrada todo el día, tiene una depresión profunda y físicamente no se puede levantar”, dijeron en entrevista.
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155 mujeres privadas de su libertad
70% aún no recibe sentencia
