Nadia Altamirano Díaz
Al menos tres veces por semana Ernesto pasa frente a la Unidad de Medicina Familiar que el ISSSTE tiene en el Boulevard Eduardo Vasconcelos y ni por equivocación ha visto que en la fachada cuelga una lona que indica que Febrero es el mes de la salud del hombre.
“La doctora que me atendió la semana pasada por una fuerte infección estomacal me dijo que estoy normalizando el dolor, que acudí sólo cuando ya no lo soportaba y ninguna pastilla que me automediqué me hizo efecto”, reconoce un hombre de hombre que no se considera machista, pero que si es reacio a buscar atención médica, sobre todo si es de manera preventiva.
La actitud de Ernesto y la de la mayoría de los hombres la explica el psicólogo clínico Esteban Schmidt Bello en la forma en que son educados y en que la sociedad centra el tema del cuidado como una responsabilidad de las mujeres.
“Además de que cuidan a sus hijos e hijas, las mujeres también lo hacen con sus parejas y muchas veces son ellas quienes los llevan a la clínica cuando tienen un problema de salud”, expuso.
Para entender las repercusiones que la falta de la educación en salud en los hombres, hace referencia a lo que algunos investigadores como el doctor en Sociología y Demografía, Juan Guillermo Figueroa Perea, llama la negligencia suicida o descuido intencional.
“Hay que invitarles a los hombres a acudir el médico, porque ser hombre es también ser una persona que puede pedir ayuda, algo que no demerita su masculinidad pedir, al contrario, lo hace más humano”, reflexiona el excoordinador del programa de Viento a favor, impulsado desde la sociedad civil para reeducar a hombres que se viven en violencia de género.
En vez de utilizar la medicina preventiva, los hombres “van al médico cuando el dolor es insoportable”, cuando “es necesario prevenir enfermedades para prevenir la violencia hacia uno mismo”.
Esa violencia que daña al propio hombre “está sedada, porque forma parte de esos mandatos de la masculinidad como priorizar el trabajo por ser proveedor que ir al médico”.
Razonó que además de las explicaciones científicas de por qué los hombres se contagian más del virus SARS-CoV-2, son ellos quienes están más expuestos porque están más en la vía públicaademás de las explicaciones científicas de por qué los hombres se contagian más del virus SARS-CoV-2, son ellos quienes están más expuestos porque están más en la vía pública, además de que son los que menos usan cubrebocas o mantienen el distanciamiento físico con otras personas.
Sin una campaña efectiva que incida para que los hombres acudan de manera preventiva a las unidades médicas que en febrero se suman al mes de la salud del hombre, Schmidh Bello se refirió a la urgencia de educarlos para que además de cuidar a su pareja, a sus hijos e hijas, aprendan a cuidarse ellos mismos.
“Hay que invitarles a los hombres a acudir el médico, porque ser hombre es también ser una persona que puede pedir ayuda, algo que no demerita su masculinidad pedir, al contrario, lo hace más humano”.
Esteban Schmidt Bello
Psicólogo clínico
