Nací José, en el solsticio de verano. Un día de los dos más largos del año que, a la larga, valga la redundancia, se convertiría en mi sonata de burla.
La fiesta estaba en el punto más álgido, los destellos de la noche eran testigos y cómplices a la vez de la algarabía de aquel gentío en la negrura del carnaval
Eva encontró en aquel pequeño libro frases que atraparon su alma, que la llevaron a reconocer que gran parte de lo que es, proviene y está construido en los inicios de su vida.
No me mires así, Sara, sigue jugando. ¿Te comió la lengua el ratón? No te entiendo nada. ¿Eh?, ¿ya te aburriste? No lo creo, los niños nunca se aburren de jugar