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Proyecto Zegache, una opción que busca frenar la migración de Oaxaca

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Foto(s): Emilio Morales Pacheco
Ana Lilia Pacheco

Mónica Galván relata que en los años 90s, el maestro Rodolfo Morales visitaba constantemente esta población en la que observaba a varias abuelitas cuidando a sus nietos, pues los padres de éstos habían emigrado a Estados Unidos, lo que quería frenar.

Por ello, a principios de los 2000, comenzó el Proyecto Zegache, cuyo fin era enseñar a jóvenes a restaurar los espejos de la iglesia de la población y así tener un oficio que podría ayudarles a generar un ingreso y no tener que cruzar la frontera.

Sin embargo, en 2001 falleció el artista sin poder materializar este proyecto, pero dos años después Mónica Galván se volvería a encontrar con Georgina Saldaña en la restauración del teatro Macedonio Alcalá y fue ahí donde recordaron ese proyecto y lo hicieron realidad en 2006, con 16 jóvenes a quienes se les enseñó desde lijar hasta restaurar imágenes.

Ese mismo año 2006, Sabina Chompa y su esposo decidieron dejar a sus hijas en Santa Ana Zegache y migrar a Estados Unidos para tener un mayor ingreso para su familia, pero no todo fue como lo imaginaron.

Recuerda que por dos años estuvieron trabajando desde las 5 de la mañana hasta las 7 de la noche para mandar dinero a sus hijas y familia, además de mantenerse en Oregon, pero no contaban con que se viviría una crisis que los haría perder su empleo y vivir con los ahorros que tenían.

Fue así que decidieron regresar en 2010 a su natal Santa Ana Zegache y a su llegada, su hermana le platicó de un proyecto que había, que no sabía qué hacían, pero que daban trabajo y tenía que anotarse en una lista de espera.

 

 

El proyecto Zegache

Mónica admite que la migración continúa en Santa Ana Zegache, pero el proyecto sí está cumpliendo poco a poco con su cometido de cambiar la idea de irse a algunos de sus paisanos.

Comparte que Sabina es una de esas personas que ya no quiere ni piensa en irse a Estados Unidos, alguien que alrededor de 50 personas que pasaron por los talleres del proyecto, pues la vida les dio un camino que no imaginarían.

“Les ha ido bien a los compañeros porque los ha llamado el INAH (Instituto Nacional de Antropología e Historia) para que vayan a otros estados a restaurar piezas, pero como yo tengo a mi familia me es difícil ir; si fuera sola, claro que iría”, declara Sabina mientras pega hoja por hoja de oro en una pieza.

Mónica subraya que no estudiaron una carrera universitaria sino todo fue en talleres que brindaron y que muchas personas tuvieron la paciencia y gusto por restaurar espejos, que fue lo primero que hicieron hasta crear sus propias piezas.

Y Sabina lo confirma, pues recuerda haber visto a muchas personas yendo a capacitarse, desde lijar la madera hasta colocar hojas de oro, pero no tuvieron la paciencia para continuar en este trabajo.

“Muchos decían que no tenían paciencia o no les gustaba y por eso decidían salirse. Yo me quedé y me gusta mucho porque trabajo a mediodía y estoy con mi familia”, resalta.

Mónica recuerda que había un joven quien iba y venía de Estados Unidos, hasta que se inscribió al proyecto, recibió capacitación y decidió quedarse a abrir una carpintería donde trabaja actualmente.

Otros están trabajando en San Martín Tilcajete, colocando hoja de oro en los alebrijes que crean en ese lugar.

O el tallador de su taller, quien intentó irse a Estados Unidos, pero no pudo llegar, por lo que decidió quedarse y asegura estar muy contento de pertenecer a este proyecto que tiene más de 20 años que se pensó.

 

 

Cetro de la Diosa Centéotl

El trabajo de Proyecto Zegache cada vez es más conocido, por lo que ya son dos ocasiones en las que son ganadores para crear el cetro para la Diosa Centéotl y con ello dar inicio a las festividades de la Guelaguetza.

Mónica asegura que lo que más les pone contentas de haber sido seleccionadas para este trabajo es mostrar lo que aprendieron por muchos años, poner en alto el nombre de Santa Ana Zegache y demostrar que aquel sueño del maestro Rodolfo Morales sí se cumplió.

 

 

La historia

  • 2006, año que inició el proyecto Zegache.

  • 2 ocasiones han sido elegidas para crear el cetro de la Diosa Centéotl.

  • 3 años estuvieron Sabina y su esposo en Estados Unidos.

 

“Muchos decían que no tenían paciencia o no les gustaba y por eso decidían salirse. Yo me quedé y me gusta mucho porque trabajo a mediodía y estoy con mi familia”.

Mónica Galván, restauradora 

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