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LECTURAS PARA LA VIDA: ¿Amor libre o poliamor? Cartas de Simone y Paul

segunda-portada
Foto(s): Cortesía
Redacción

Mónica Ortiz Sampablo

 

Última de cinco partes

El género epistolar permite disfrutar desde otro ángulo el genio de la escritura de la mano de nuestros escritores favoritos; me ha permitido cruzar la línea para conocer más íntimamente a quienes me han atrapado con sus narrativas; grandes mujeres y hombres que detrás de la fama tenían esa otra libertad, la de ser ellos mismos. 

Simone fue una mujer amante de la libertad, se despojó de los lastres que esclavizaron a la mayoría de las mujeres de su tiempo, o debería decir de todos los tiempos.

La personalidad de esta escritora a quien identificamos como impulsora del feminismo es avasallante, lo cual no significa que no diera su bracito a torcer en los intrincados terrenos del amor. Con Nelson se mostró incluso celosa, dada la distancia que había entre ellos; ella en París, él en Chicago, en más de una ocasión le hizo saber que no tenía inconveniente en que él pudiera estar con otra mujer, o tener encuentros íntimos, mientras sólo la amara a ella.

“...La idea global es que <deberías sentirte libre> en tanto no traiciones nuestro amor. […]Creo tanto en tu amor que dudo mucho que eso pueda cambiar las cosas. Desde luego yo te amo demasiado, y también de manera física y sexual, así que me resulta imposible no estar celosa. Creo que debería tener mucha sangre fría para ser capaz de imaginarte besando a una chica y acostándote con ella, sin sentir una terrible punzada en el corazón, pero también es cierto que esta especie de instinto animal no tiene demasiada importancia." (Diciembre 9, 1947, p.134).

Mantuvieron una correspondencia durante 17 años, con encuentros ocasionales. Es innegable que entre ellos existía una conexión sostenida en la pasión por el encanto físico y el deslumbramiento intelectual, pero ninguno estaba dispuesto a dejar sus raíces.

El punto final de la relación se escribe cuando Simone publica “La fuerza de las cosas”, en la que relata su relación con Algren, quien dolido ante el rechazo de su propuesta le manifiesta: “entiendo que tu vida le pertenece a Francia y a Sartre”. Obviamente, al hombre no le agradó nada esta publicación.

Es importante mencionar que por su parte, Jean Paul Sartre vivía lo propio y estaba al tanto de la relación de Simone y Nelson; igualmente Nelson sabía de la relación de Simone y Sartre. En su filosofía amorosa existía la honestidad y la lealtad; ella lo deja claro en una de sus misivas: “Podría dejarlo, durante periodos más o menos prolongados, pero no podría entregar mi vida entera a otra persona”, refiriéndose a Sartre.

La trama amorosa de Sartre y Simone es atrevida, hasta cierto punto difícil de concebir, pues venció todo tipo de prejuicios; su legado, desde luego, supera todo lo que pudiera ser puesto bajo la lupa, pues mantuvieron una relación bajo las leyes de la congruencia.

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