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CONSULTORIO DEL ALMA: CUENTA CONMIGO; Psicoanálisis, política y ciudadanía

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Foto(s): Cortesía
Redacción

Rafael Alfonso

 

Una tendencia infantil que no hace tejido social

Primera de dos partes

 

Cuando hablamos de la vida psíquica infantil, los adultos solemos tener la idea, bastante equivocada, de que la vida anímica de los niños es menos compleja que la nuestra; es natural, pues cotidianamente nos enfrentamos a problemas que consideramos de más urgente resolución que cualquier otro que un niño pudiera tener.

Sin embargo, vale la pena recordar que los niños no sólo tienen que hacer frente a lo correspondiente a su propia vida anímica; también al no ser independientes, se hallan a merced de los adultos que los cuidan y que por esta razón se ven afectados por las manifestaciones psíquicas de sus cuidadores, de las cuales no se pueden sustraer. 

Si recordamos nuestra vida infantil, se nos revela claramente que el hecho de desconocer el mundo nos implicaba muchas interrogantes, las cuales en ese entonces dimos trámite con las herramientas de las que disponíamos, que eventualmente no eran del todo adecuadas para la posterior vida adulta. 

¿Por qué es importante atender la vida psíquica de los niños?

Todos sabemos que llegada cierta edad, los cuerpos humanos empiezan a sufrir cambios; uno concreto: el crecimiento del vello en diferentes partes del cuerpo, cambio físico que corresponde al desarrollo biológico de un organismo humano. Es un cambio que pareciera espontáneo, no sujeto a ninguna ley humana, simplemente ocurre.

Muchas veces creemos que algunos hitos del desarrollo emocional, como la responsabilidad y la disciplina han de adquirirse por el simple hecho de crecer, como sucede con el vello. Suponemos, erróneamente, que aquel niño que no gusta de levantarse temprano, de lavar los trastes, de ayudar a los quehaceres del hogar, o de ir a los mandados, un día como por arte de magia despertará con 15 años y dirá: “Ahora sí tengo ganas de ayudar a mi mamá”. Esto, lamento decirles, no sucederá; los hábitos deben crearse y practicarse de manera cotidiana, pero un cambio de actitud de esta naturaleza implicará para el niño afrontar la tendencia propia del Yo, la entrega al principio de placer.

Expresiones actuales de la pasividad 

Hago referencia a esta tendencia, porque pareciera que en esta época va en aumento. Esta sociedad que opera desde una lógica neoliberal se dedica a consentir y a fortalecer al Yo, y los psicoanalistas sabemos que el Yo procura, antes que nada, su placentera satisfacción. 

Si el crecimiento de un niño sigue por esa dirección, no es de extrañar que en la vida adulta persistan una serie de problemas relacionados con la entrega al placer, de la mano muchas veces con la  inactividad, que puede llegar a casos graves donde el futuro adulto queda desvalido ante dicha tendencia, lo que trae consigo entre otras manifestaciones: no asumir retos ni compromisos, ser presa de abusos y manipulaciones, la depresión y otras situaciones que afecten seriamente su desarrollo y su modo de enfrentar la vida. 

Es parte de nuestra responsabilidad como padres y adultos auxiliar a los niños a afrontar su tendencia exacerbada al placer. Este es sólo un ejemplo de por qué nos interesa, como Instituto de Estudios e Investigación Psicoanalítica atender la vida psíquica de las infancias.

Continuará el próximo lunes…

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