Irán Vásquez
Recientemente se presentó en la ciudad de Oaxaca el libro Contra el racismo. Movilización para el cambio social en América Latina, una obra coordinada por Mónica G. Moreno y Peter Wade. El evento fue organizado por el Centro Profesional Indígena de Asesoría, Defensa y Traducción A. C. (CEPIADET) y el Colectivo para Eliminar el Racismo (COPERA), dos entidades comprometidas con la promoción de acciones antirracistas. El libro, compuesto por siete capítulos, una introducción y conclusiones, reúne las investigaciones de diversos expertos que forman parte del proyecto “Latin American Anti-Racism in a Post-Racial Age” (LAPORA) de la Universidad de Cambridge.
Contra el racismo se distingue de otras obras sobre el tema por su enfoque en las acciones y estrategias para combatir el racismo, en lugar de centrarse únicamente en su análisis. El libro presenta un panorama amplio de las diferentes luchas antirracistas que se libran en América Latina, con ejemplos concretos de Colombia, México, Ecuador y Brasil. Se destacan iniciativas como “Tejiendo Esperanzas” en Colombia, que promueve la belleza afrodescendiente, la red de activistas “Huella Negra” en México que visibiliza a los afrodescendientes, la lucha por el territorio de la comunidad Wimbí en Ecuador, y el Congreso Nacional Indígena que reivindica la autonomía indígena en la región. La diversidad de estrategias antirracistas presentes en el libro refleja la complejidad del problema del racismo en América Latina y de las diferentes estrategias para subvertirlo.
Uno de los aspectos más valiosos de Contra el racismo reside en su enfoque inclusivo. Los autores reconocen y valoran la diversidad de estrategias y movimientos antirracistas que existen en el continente, sin importar su naturaleza moderada o radical. Esta postura supera el viejo dilema que ha aquejado a la izquierda latinoamericana: la dicotomía entre la reforma gradual y la revolución radical. El libro no se decanta por ninguna de estas opciones, sino que busca trascender este debate al incluir todas las formas de lucha contra el racismo, sin importar su filiación. De esta manera, Contra el racismo ofrece un panorama más completo y enriquecedor de las luchas antirracistas en América Latina. Reconoce que no existe una única estrategia “correcta” para combatir el racismo y que la diversidad de acciones es precisamente lo que fortalece la lucha. Al incluir tanto a movimientos moderados como radicales, el libro evita caer en simplificaciones y dogmas. Esta apertura permite a los lectores comprender mejor la complejidad del problema del racismo y las diferentes formas en que se le puede enfrentar.
Otro aspecto que cabe destacar es que el estudio coordinado por Mónica G. Moreno y Peter Wade incorpora un análisis del racismo desde una perspectiva biocultural. Los autores reconocen que el racismo no se limita a la simple discriminación por el color de piel, sino que se manifiesta en una amplia gama de aspectos físicos y culturales. El libro destaca que el racismo se expresa a través de la negación por el tipo de cabello, los rasgos faciales, los olores corporales, la barba, los movimientos, los adornos e incluso la ropa. Esta mirada amplia permite identificar prácticas racistas que, a simple vista, podrían pasar desapercibidas si solo se considerara el color de piel como único marcador racial. Como bien se señala en la introducción del libro: “El racismo no tiene que invocar necesariamente la existencia de ‘razas’ o referirse a la biología para funcionar; puede, por ejemplo, referirse al indio como categoría definida más en términos de cultura que de biología”. Esta perspectiva es fundamental en el contexto de Oaxaca, donde persiste la falsa idea de que el racismo solo afecta a las personas “negras” y no a los pueblos y comunidades indígenas. Al incluir la dimensión biocultural, el libro amplía nuestra comprensión del racismo y visibiliza las múltiples formas en que este se manifiesta en sociedades como la nuestra.
Finalmente, debemos señalar la heterogeneidad de análisis en que se basa el libro y que se representa en cada uno de los capítulos que lo integran. El primer capítulo explora la formación de las naciones mestizas y cómo el discurso del mestizaje se utilizó para homogeneizar o folklorizar las diferencias étnicas y raciales. El segundo capítulo enfatiza la necesidad de considerar el racismo en conjunto con otras categorías como el género o la clase, propugnando por un análisis interseccional que aborde las múltiples formas de discriminación. El tercer capítulo analiza el tema de los cuerpos racializados disidentes en espacios públicos y sus efectos de indexicalidad.
El cuarto capítulo, por su parte, se centra en las luchas por el territorio y cómo estas expresan una conciencia racializada de las personas que las protagonizan. El quinto capítulo analiza el impacto de la movilidad social y la profesionalización en la agenda antirracista, destacando las identidades “anfibias” de quienes experimentan cambios en su posición social. El sexto capítulo explora los usos simbólicos de la ley en las luchas antirracistas, evidenciando cómo esta puede ser utilizada como herramienta de resistencia o como mecanismo de control. Por último, el séptimo capítulo analiza las estrategias y alianzas antirracistas que se construyen desde el mestizaje, cuestionando la dicotomía entre indígena y mestizo y abriendo nuevas posibilidades para la lucha contra el racismo.
En conjunto, la heterogeneidad de análisis en el libro nos ofrece una propuesta para comprender de mejor manera las distintas luchas que, desde gramáticas explícitas o alternativas, se están desarrollando en contra el racismo en América Latina. Y en esta tendencia, que se dirige a cuestionar ya sea el racismo directo o el racismo estructural, los autores advierten una especie de “giro hacia el antirracismo”. En definitiva, al abordar el tema desde distintas perspectivas y niveles de análisis, Contra el racismo nos invita a repensar nuestras propias ideas sobre la raza, la etnicidad, la clase y el género, al mismo tiempo que nos aporta elementos para proyectar un horizonte más justo e igualitario desde la transformación social e imaginación radical.
