Nadia Altamirano Díaz
Al igual que Abimael, el cuerpo de Isauro y el de Herminio llegaron de madrugada a Santo Domingo Tepuxtepec, en la zona Mixe de Oaxaca. Ayer las madres recibieron los cuerpos de ambos migrantes indígenas asesinados en Phoenix Arizona, de donde fueron repatriados dentro de un sencillo féretro.
El primero en llegar fue el cuerpo de Abimael, apenas el miércoles por la madrugada y ayer por la tarde fue sepultado, en medio de las notas musicales de la banda Alfa y Omega, auntonombrada ahora La Original, donde el adolescente de 16 años tocaba percusiones.
El cuerpo de Herminio, al igual que el de Isauro, son velados desde ayer en las oficinas de la ranchería de Llano Crucero, a cinco kilómetros de Tepuxtepec, municipio de la zona Mixe, que se ubica a 90 kilómetros de la ciudad de Oaxaca. Ambos serán sepultados el próximo sábado.
A pesar de que las autoridades en Estados Unidos detuvieron a una persona originaria de Tepuxtepec como presunto implicado en la muerte de los tres jóvenes, Roselia Martínez Domínguez, mamá de Herminio, quisiera saber quién lo asesinó.
“Quisiera saber quién fue, quién lo mató”, expresó entre el miedo que le provoca la falta de justicia y, a la vez, que se defina quién fue responsable.
Razones para emigrar
Roselia tiene cuatro hijos y Herminio, quien el 25 de abril cumpliría 29 años, era el mayor y desde los 17 años emigró a Estados Unidos. Además de su madre, sus hermanos y su pareja que está embarazada, deja en la orfandad a dos hijos.
Alejandra Reyes Marúa, tía de Herminio, cree que a las dificultades económicas se dificultaron con la pandemia, “aquí no se puede trabajar, las familias somos campesinas y hay muy pocas posibilidades para trabajar, para progresar, para construir” o tener “una alimentación como debe de ser”.
Eso explica por qué desde la adolescencia las personas que viven en Santo Domingo Tepuxtepec, principalmente los hombres, se van a buscar trabajo a otros estados o fuera del país, quedando las mujeres a cargo de las familias.
Isauro Martínez Domínguez cumpliría 22 años el 19 de junio. Su cuerpo, junto con el de Herminio permanecen dentro de sus ataúdes y sobre de cada uno se colocó un plato para que la gente deposite dinero para ayudar a su familia con los gastos funerarios, siendo que el traslado de los cuerpos fue cubierto por las autoridades de ambos países y de la Ciudad de México a Tepuxtepec por el Instituto Oaxaqueño de Atención al Migrante.
Para cada uno hubo una corona de flores con un listón donde se señala su nombre, la fecha de nacimiento y que murieron el 19 de febrero pasado.
“Quisiera saber quién fue, quién lo mató”. Roselia Martínez Domínguez, Madre de Herminio
“Aquí no se puede trabajar, las familias somos campesinas y hay muy pocas posibilidades para trabajar, para progresar, para construir”. Alejandra Reyes Marúa, Tía de Herminio
