¿Cuándo terminará mi tormento? Apenas hace unos días pensé que todo iría mejor en mi vida, y otra vez volví a caer. ¿Por qué no vi la trampa?”, refunfuñaba Simón.
A ratos contaba los cuadros del piso que tenía que avanzar, cual tablero de ajedrez, antes de llegar a mi meta, la ventanilla 3; me pareció más amigable...
El mes pasado escribí una nota acerca de la herida narcisista y una de las cosas que yo mencionaba era el duro golpe que la realidad me había asestado...