Rafael Alfonso
Tradicionalmente se piensa que en los entornos escolares, la atención debe centrarse solamente en el aprendizaje académico y en el desarrollo intelectual de los estudiantes. Sin embargo, es fundamental reconocer que la vida psíquica de los niños, así como la de los padres de familia y los docentes, también merece una atención significativa. La experiencia clínica nos indica que la desatención de la vida psíquica puede tener consecuencias profundas y duraderas en todos los integrantes del colectivo escolar —padres de familia, alumnos y docentes—, mismas que, tarde o temprano, se verán reflejadas en la sociedad.
Si vemos a nuestro alrededor, podemos advertir el incremento de ciertos malestares sociales que tienen que ver con la imposibilidad de gestionar las emociones como la negativa a asumir responsabilidades, las adicciones, la hiper sexualización de los niños, el fracaso escolar y la depresión. De manera cotidiana somos testigos de actos de intolerancia en todos sus órdenes, faltas de respeto al vecino y a la autoridad, distintas expresiones de violencia, desde la delincuencia hasta la autoagresión y una disposición constante al conflicto, tanto en niños como en adultos.
Nuestra disciplina nos permite ubicar el origen de estos problemas en la infancia y hemos tomado la iniciativa de hacer frente a ellos precisamente en la escuela, porque en ella confluyen padres, alumnos y docentes en un momento crucial del desarrollo de los niños.
Consecuencias por desatender la vida psíquica infantil
La falta de atención a la vida emocional de los niños puede llevar a la aparición de problemas de ese orden como lo son ansiedad, depresión, baja autoestima y dificultades para regular sus emociones. No debe extrañarnos tampoco que al experimentar problemas emocionales no resueltos, estos interfieran con su capacidad para concentrarse, aprender y participar plenamente en el proceso educativo. Sabemos también que cuando un malestar psíquico se hace presente en un niño o una niña, puede dificultar el desarrollo de habilidades sociales y relaciones saludables con sus compañeros y docentes. Todo lo anterior puede conducir al aislamiento y en general a vivir dificultades para adaptarse al entorno escolar y posteriormente a la sociedad.
Los padres de familia y los docentes no son ajenos a los conflictos psíquicos de la infancia. Al no comprender las necesidades emocionales de los infantes, la preocupación y el estrés suelen ser una constante. A raíz de los problemas generados por los distintos conflictos escolares, es posible también experimentar una sobrecarga emocional, así como falta de motivación y fatiga mental.
Únase a la RED
La red para la atención a la vida psíquica de la infancia es una iniciativa que ofrece atención temprana y preventiva para estas y muchas otras situaciones que pueden afectar a los niños y a la escuela misma, dirigiéndose en primera instancia a quienes verdaderamente se interesan en el bienestar emocional de los menores: sus padres y sus maestros.
¿Quiere saber más? Escúchenos este viernes a las 12:00 hrs a través de la frecuencia de Radio Univas. Emociones sonoras. Pida informes a los teléfonos 951 244 7006/951 285 3921 y ¡Hazte escuchar por un psicoanalista del INEIP A.C.!