Merced Reyes Martínez
Él se fue a la cama alrededor de las 11 de la noche, ya recostado y con celular en mano, se entera de las publicaciones de sus contactos en las redes sociales, y así el tiempo transcurre sin sentirlo, de pronto se da cuenta que ya es la 1:00 de la mañana del siguiente día y el sueño aun no llega a él porque se ha espantado con esa lucecita azul que mantiene cautivo los ojos que, a esta hora, ya deberían estar cerrados.
Finalmente decide dejar el celular a un lado y se dispone a entrar al mundo de los sueños, pero lograrlo se vuelve realmente difícil, busca una posición cómoda que lo relaje pero no logra entrar a ese lugar anhelado en donde se encuentra el descanso reparador; empieza a sentir una tremenda ansiedad, siente que el cuerpo le tiembla y sus pensamientos giran sin parar en torno a ese problema del cual lleva tiempo sin encontrar una solución, y así durmiendo por ratitos y despertándose sobresaltado ante cualquier ruido, pasa la noche sin haber logrado dormir placenteramente.
Empieza el día con el cansancio a cuestas, enfrentándose a un mundo en donde todo parece ir en contra de él, se angustia, se enoja, la impotencia es su fiel compañera, pues no sabe cómo retomar el equilibrio y la armonía.
Tal vez al leer esto te sientas identificado, porque es algo que nos pasa a todos en algún momento, caemos presas de la inconsciencia y la apatía, nos abandonamos a situaciones que nos causan dolor y sin percatarnos hacemos de nuestros días una rutina vacía de entusiasmo y de alegría. Probablemente entre otras cosas carguemos fardos innecesarios que debiéramos reflexionar porque queremos llevarlos.
Más allá de estas circunstancias, de esta prueba que está esperando a que la resolvamos. Demos gracias porque estamos vivos, rodeados de cosas bellas, nuestro entorno nos envía señales de amor, de energía, de paz…
Es cierto todos enfrentamos pruebas, pero éstas, nos impulsan a dar los mejor de nosotros y nos muestran el camino para reencontrarnos con la fortaleza, la paciencia, la voluntad, la valentía que habitan en nuestro ser. Y ti, ¿qué te acompaña en tus sueños?
