En los últimos cuatro años Oaxaca ha registrado 12 paros de policías, 5 emplazamientos a paros y 3 manifestaciones de policías para exigir mejores condiciones de trabajo, revela el estudio La Situación de los Policías en México 2018-2022, elaborado por la organización Causa Común.
El mismo señala que los estados con más paros registrados durante este periodo son: Hidalgo, con al menos 15; Estado de México y Oaxaca, con 12 en cada uno; Guerrero y Puebla, con 10; y Guanajuato, con 8.
Añade que los estados con más emplazamientos durante este periodo son: Oaxaca, al menos 5; Colima y Tabasco, 4; y Ciudad de México y Estado de México, con 3 en cada uno.
Con más manifestaciones de policías durante este periodo son: Sinaloa, con al menos 10; Ciudad de México, con 9; Baja California y Estado de México, con 6; y Puebla y Sonora, con al menos 5 en cada uno.
Puntualiza que las principales motivaciones de los policías que se van a paro, están relacionadas al menos en sus planteamientos públicos, con la mejora en sus condiciones laborales y denuncias por el incumplimiento de prestaciones.
Algunas de las demandas específicas que presentan son: aumento salarial, entrega de equipo y uniformes, seguros de vida, respeto a los horarios de trabajo, ayuda alimenticia, pago de bonos, aguinaldos y vacaciones, apoyos para la jubilación y ayuda económica para familiares de policías caídos en el cumplimiento de su deber.
Adicionalmente, ha habido inconformidades y denuncias en contra de mandos por exigir cuotas, remover elementos y generar o solapar situaciones de acoso laboral o sexual.
Manifiesta que debido a la pandemia durante el 2020 y 2021, se sumaron exigencias vinculadas con el apoyo para seguros médicos, adquisición y entrega de equipo sanitario, la desinfección de unidades y la incorporación temprana al plan de vacunación.
Establece que en la mayoría de los casos, las respuestas de las autoridades suelen iniciar con la recepción de los manifestantes e instauración de mesas de diálogo.
En algunas ocasiones se generan compromisos y, en un mínimo de casos, se atienden las exigencias.
Sostiene que a pesar de que el país vive una inseguridad crónica, o quizá por ello, las corporaciones policiacas se encuentran en una situación de abandono institucional en sus distintas vertientes, esencialmente: capacitación, equipamiento y prestaciones, trípode que frágilmente se sostiene sobre un piso de abusos y discrecionalidad, desde el exterior y al interior de las instituciones de seguridad pública.