Isela Sedano
Hoy hablaremos de Santiago Rivera Gaytán, este talentoso artista plástico que nos lleva con su trabajo dentro de la pintura y escultura, a un mundo mágico lleno de colores, formas y simbolismos desarrollados para satisfacer el alma y la vocación personal del espectador.
Este artista plástico es originario de San Cristóbal Suchixtlahuaca, Oaxaca, pueblo mixteco chocholteco; desde niño vive en contacto con la naturaleza, ya que siempre trabajó en el campo, arando y sembrando la tierra, aprendiendo los conocimientos de sus ancestros; Santiago jugaba creando cosas mientras pastoreaba sus chivos o cuando asistía a la escuela.
Su gusto por la pintura comienza desde que conoce los colores cursando la primaria, pero era más la obligación y disciplina al trabajo por subsistir la hambruna, haciendo que la creatividad se quedara a un lado; cursando la preparatoria, en su rebeldía de adolescente comienza en forma constante a realizar graffiti como una expresión de su autonomía; en esos momentos era para él solo un pasatiempo.
Comienza su vida a tener más exigencias y más responsabilidades; y después de trabajar en varios oficios, en ninguno se sentía libre como cuando pintaba; pintor autodidacta, ha estudiado por su decisión y a exigencias de la vida misma, entendiendo que el arte es unión, pues somos uno mismo con la naturaleza.
Su trabajo es espontáneo; su locura, su cordura es como el frío y el calor, ya que es a través del sentimiento y energía donde explora el momento de creación, manifestando su ser con el colorido del pigmento, ya que la vida sin color no sería vida.
Ha cursado varios talleres en la Casa de la Cultura y con diferentes maestros de la plástica oaxaqueña; sus exposiciones se han realizado de manera colectiva en la región de la Mixteca, como en Huajuapan, Tlaxiaco, Tamazulápam y otras más en Valles Centrales y en la ciudad de Oaxaca.
La pintura lo transformó tanto físicamente, mentalmente, espiritualmente, ya que sin tener la mínima idea de la importancia del arte en la vida del ser humano, Santiago experimentó el cambio como una verdadera metamorfosis, ya que la pintura fue su escape a emociones reprimidas, sentimientos encontrados, ideas oscuras; prácticamente su psicóloga y el único momento en el que se sentía vivo era pintando, ya que el mundo a su alrededor era un caos.
Encontrando la manifestación de su ser interior o su espíritu, SeR, la firma que le caracteriza a Santiago Rivera, es la definición de su alma más allá de la materia física, ya que somos seres multidimensionales en un multiuniverso de infinitas posibilidades; por eso compartimos muchas cualidades con la propia naturaleza que nos rodea.
En su forma de jugar con la pintura y los colores, suele utilizar diferentes utensilios y pigmentos; su técnica, la mayoría de veces es mixta o con una sola técnica, ya sea óleo, acrílico, acuarela, aerosol, etcétera.
Comienza a explorar la escultura para posteriormente involucrar la arquitectura de su región con un proceso artístico contemporáneo, utilizando la materia prima de la región chocholteca.
Es la práctica la que le ha ido dando la experiencia en su trabajo; a través de su conocimiento artístico comienza a aportar para realizar actividades culturales, ya que cada vez más su cultura empieza a aparecer en el arte y en la sociedad, dándole la posibilidad de transformarse, en su caso de un campesino y pastor, en un pintor, un artista plástico que incluye su naturaleza, sus vivencias, sus experiencias y su inspiración, haciendo de los elementos comunes que lo han acompañado, como la onda, la vara, el chicote, la resortera, el machete, los cambiara por pinceles, lienzos y pintura.
"A través de su conocimiento artístico comienza a aportar para realizar actividades culturales, ya que cada vez más su cultura empieza a aparecer en el arte y en la sociedad, dándole la posibilidad de transformarse, en su caso de un campesino y pastor, en un pintor, un artista plástico que incluye su naturaleza, sus vivencias, sus experiencias y su inspiración".
