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Comparte escritora Socorro Venegas diario íntimo de un duelo

Foto(s): Cortesía
Agencia Reforma

América Juárez/Agencia Reforma

Ciudad de México.- Después de una complicada mudanza, la escritora mexicana Socorro Venegas (San Luis Potosí, 1972) encontró entre sus cosas un cuaderno rojo que comenzó a escribir a los 26 años, tras morir su pareja de entonces, Alan, y que después abandonó.

Casi se había olvidado de aquellas páginas, aunque fue una época que la marcó, y marcó, por ende, muchos de los libros que ha escrito donde constantemente habla del amor y de la muerte, del estado del alma, como en "La noche será negra y blanca", Premio Nacional de Novela Ópera Prima Carlos Fuentes en 2018.

Después de hojearlo de nuevo se dio cuenta que entre sus manos tenía un relato amplio sobre el dolor y el duelo, que ahora se ha convertido en libro: "Ceniza roja", publicado por Páginas de Espuma en una versión ilustrada por Gabriel Pacheco.

"Ahí estaba mi caligrafía, mi escritura, y aún así no recordaba haberlo escrito", cuenta la escritora.

 "Por las fechas, y por lo que digo en esas páginas, sé que comencé a escribirlo tres meses después de la muerte de mi compañero, y que ese diario también respondía a una prescripción de mi terapeuta que me había dicho: -Escriba, pero no lea-".

Esa instrucción hizo que lo que volcara en esas páginas estuviera escrito sin remiendos ni correcciones; lo que verdaderamente sentía, las emociones sin tapujos y las subidas y bajadas que tiene el duelo.

 Y así, casi íntegramente, se publicó en el libro.

"Al leer el diario fui viendo en tiempo real la transformación de una mujer, la muerte que significó una ruptura, terrible; una suerte de amputación. Esa marca ya implicaba una transformación. Una metamorfosis", expresa Venegas.

Cuando vivía aquel duelo, no encontró un libro que la acompañara, recuerda, y eso, pensando en el lector, es lo que espera de este título, el más íntimo que ha escrito.

Está dedicado, desde la primera página, a "quienes se les han dilatado las pupilas con la pérdida", define la autora. Del duelo, Venegas dice que aprendió que el tiempo no pasa en una pena como ésa, en la que no fue posible una despedida.

"Uno más bien negocia con el dolor y negocia con su trauma para seguir viviendo, pero no se va nunca esa sensación del miembro fantasma. Para mí es así también: la pérdida es algo que marca indeleblemente pero también permite contrastar ese mundo de dolor y oscuridad con la belleza que podemos seguir encontrando".

La autora, cuando era niña, ya había vivido un duelo por la muerte de su hermano, y después de la experiencia que narra en "Ceniza roja" revela que ha aprendido sobre las pérdidas, que son acaso experiencias colectivas y que siempre es importante encontrar las palabras para nombrar el dolor que parece repugnar a quien lo vive.

"Nos quedamos atragantados con las palabras, con lo que queríamos decir; te quedas atragantado con el amor que le tenías a esa persona, y quizá la escritura de ese diario ocurrió para, de alguna manera, ir sacando a través del lenguaje eso que se había quedado atorado", explica.

"Lo que aprendí es que el duelo es una experiencia transitable, que se puede atravesar, que puedes volver a encontrarle sentido al hecho de seguir vivo y quedarte".

Este libro, añade, lo han leído personas como un cuento, como una prosa poética, pero sobre todo, subraya, como un testimonio de cómo uno se convierte en un superviviente.

 "Yo estaba escribiendo sobre cómo podía, día a día, arrancarle a la vida unas palabras, cómo podía mantenerme de pie en un momento en el que todo se había derrumbado".

"Al leer el diario fui viendo en tiempo real la transformación de una mujer, la muerte que significó una ruptura, terrible; una suerte de amputación. Esa marca ya implicaba una transformación. Una metamorfosis", Socorro Venegas.

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