Para Guillermo su ilusión es dibujar y desde niño empezó a hacerlo, después estudió artes gráficas, pero no le dejaba dinero para vivir y al buscar empleo, lo que encontró fue como policía judicial (ahora Agente Estatal de Investigación), donde utilizó su habilidad para elaborar retratos hablados que ha ayudado a esclarecer delitos graves que cimbran las entrañas de un ser humano.
En la corporación policíaca, empezó a realizar dibujos sin ser un perito oficial y nueve años con ocho meses después logró obtener la plaza como perito en retrato hablado y ahora, con 28 años de servicio, Guillermo Rodríguez Rodríguez, piensa en el retiro de la Fiscalía General del Estado, pero continuará pintando, haciendo trabajos y dando clases a las nuevas generaciones.
Una hoja de papel y un lápiz, la herramienta de Guillermo.
MASACRE DE POLICÍAS, PUERTA PARA SU INGRESO
Era el año de 1986 y el 10 de febrero, 19 personas fallecieron en los límites de San Baltazar Chichicapam, Ocotlán de Morelos, entre ellos 11 policías preventivos y seis policías judiciales (ahora AEI).
Guillermo, tras concluir el curso en artes gráficas empezó a buscar empleo y llegó a la entonces Policía Judicial del Estado para buscar trabajo.
“Llegué y pedí trabajo y me dijeron, la única vacante que hay es como judicial, hubo una masacre por Chichicapam y necesitamos compañeros, yo ni sabía que había pasado, no leía los periódicos, no escuchaba las noticias, pero ingresé como policía”, expresó.
Mi primer día fue en la guardia, me dijeron como usar un arma y a los ocho días, una persona sufrió un robo y le dije que podía dibujar al presunto, lo hice y de ahí empezaron los compañeros a buscarme para sus asuntos. Era algo extraoficial, no tenía un oficio como requisito para hacerlo, yo lo hacía de manera voluntaria.
Después de nueve años con ocho meses, cuando ya perdía las esperanzas, el director, Jorge Pérez, lo llamó y le dio su anhelada plaza como perito en retrato hablado. “Estaba comisionado en Puerto Escondido, pero dejo todo y vengo para empezar ya en forma como perito en retrato hablado”, dijo.
RETRATO, UNA DE LAS PRIMERAS PISTAS
“El retrato hablado es tan fundamental en una investigación, que viene siendo una de las primeras pistas que surgen para esclarecer un hecho delictivo, la victima o el testigo si tiene la capacidad para retraer esa imagen y plasmarla, es ese instante es buen fisonomista”, mencionó.
Y agregó: “lo importante del perito es poder llevar esa secuencia, pero muchos tienen la imagen, pero se les dificulta describirlo, porque en ocasiones hay que explicarles si es cara redonda, ya viendo el bosquejo, dicen que era cara ovalada, se va haciendo el proceso, se van haciendo todos los cambios y se les pone una plantilla de rasgos, de las formas de las caras y tipos de cabellos”.
Expresó que lo principal es realizar una buena entrevista con la persona, hasta donde recuerda los rasgos, si los recuerda, pasamos a una segunda fase que es la elaboración, pero si ni aporta datos, no puede continuar. “Hay muchos que tienen la imagen grabada, pero se les dificulta describirlo”, dijo.
Al iniciar un retrato, luego de una entrevista.
NO VICTIMIZAR A LAS PERSONAS
“Lo importante de la entrevista es darle confianza a las personas, pero tampoco a revictimizarlas, no les puedes preguntar del hecho, porque es volver a recordar todo, nadamoas lo esencial del presunto responsable”, agregó.
Mencionó que primero platica con la persona y le da confianza como si fuera un psicólogo y después empezar a dibujar. “Hay víctimas de violación, de secuestro, de otros delitos que llegan muy dolidos y hay que tratarlos con cuidado”, expresó.
Jeremías, lo salvó de la cárcel
El 8 de mayo de 1993, dos menores de edad de apellidos Díaz Sánchez fueron secuestrados en el fraccionamiento San José La Noria. Unos días después, los dos cuerpos fueron hallados en el paraje Las Mergas en Santa María Guelacé, Tlacolula de Matamoros.
“Yo hice el primer retrato hablado de Jeremías (García García), a mi grupo le tocó investigar y con ayuda de los vecinos logramos elaborar un retrato hablado y establecer que era amigo del licenciado, Noé Vásquez Vale”, expresó.
"Con el retrato vamos a buscar a Jeremías, lo detenemos y luego a (Noé) Vásquez Vale, pero el comandante ordena que yo traiga al detenido a la oficina para interrogarlo y que aporte la media filiación de los otros participantes", relató.
¿Y que pasó?
- Eso me salvó, Jeremías me daba una fisonomía, luego otra de sus presuntos cómplices y no podía hacer el retrato. Mis compañeros se fueron a la presa de San Andrés Huayapam, donde llevaban a los detenidos para interrogarlos, pero después se les pasó la mano y murió. El cuerpo de Vásquez Vale lo dejaron ahí y el comandante Ernesto Ayuzo, otros diez compañeros y tres que venían de México se dieron a la fuga, ahí dejaron el cuerpo, las armas entre la hierba y huyeron.
DIBUJA Y DETIENE A PRESUNTO HOMICIDA
¿Algún otro caso que recuerdes, el retrato hablado fue fundamental?
- Hubo muchos, pero uno que se me quedó grabado y por lo cual es importante que te describan una seña particular, fue el asesinato de un taxista y que lo cometió un militar y como seña tenía una verruga debajo del ojo izquierdo.
Fue hace unos 20 años, un chofer del taxi del sitio Alameda encuentra a un joven vestido de militar en el puente IV Centenario y lo levanta y pide un viaje a la Mixteca. El taxista dice que va a avisar a su patrón y lleva al militar a la casa del patrón.
El dueño del auto le dice a su chofer que siga trabajando y lleva al militar a su destino, pero supuestamente discuten y el integrante de las fuerzas castrenses mata al dueño del taxi y lo deja tirado a orilla de carretera.
Los familiares denuncian la desaparición, pero también es hallado el cuerpo y me toca investigar el caso, por lo cual entrevistamos al chofer y durante el retrato hablado dice: “en el cachete, debajo del ojo izquierdo tiene una verruga”.
“Vamos a San Juan Chapultepec, donde sospechamos que vivía, recorrimos calles, casa por casa y nada, eran a las 17 horas, con hambre y sed y uno de mis compañeros decide ir a tocar en una casa de reja de madera”, expresa.
En el patio jugaban unos niños y el policía empezó a platicar con ellos. De pronto, le hizo señas a su compañero y les contó, “dice el niño que el novio de su hermana se parece al retrato hablado porque tiene una bola en la cara”.
Sugirieron al menor que lo llamara y cuando salió, confirmaron las características. Reacio en las entrevistas, decidió correr, pero fue alcanzado al llegar a la puerta de su cuarto y en el interrogatorio confesó el crimen, entregó la pistola, las prendas con manchas hemáticas y fueron al lugar donde vendió el carro para ser desmantelado.
A DETALLE
18 años con siete meses, con nombramiento de perito28 años como trabajador, esperando para jubilarse8 de mayo de 1993 ocurre el secuestro de los niños Díaz Sánchez3 enero de 1997 detuvieron a Jeremìas5 peritos para todo el estado3 retratos hablados elabora todos los días
